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    Entrevista / 
    Aliocha de la Sotta: “Esta obra está atravesada por el fuego y cierta efervescencia juvenil” Entrevista lunes 14 de Octubre de 2024

    Aliocha de la Sotta es uno de los nombres fundamentales del teatro nacional, gracias a su trabajo de dirección de obras como “Hilda Peña”, “Mistral, Gabriela (1945)”; El Dylan” “La Mala Clase” y “El Nudo”, estas últimas junto a la compañía que dirige hace 15 años: Teatro La Mala Clase.

    Nacida en Concepción emigró a Santiago en la década de los 90 para comenzar sus estudios teatrales en la escuela de Fernando González; tiempo después se trasladó  a Bélgica, donde estuvo cuatro años en el Conservatorio de Arte Dramático de Liège.

    Siempre quiso estudiar teatro, desde pequeña sus padres la llevaron a ver obras y participó en talleres; y como si fuera poco, el nombre por el cual es conocida en el teatro, su verdadero nombre es Alejandra, es en alusión al personajes de la novela de Dovtoieski, Los hermanos Karamazov, Aliosha Karamazov. Como si todo estuviese predestinado.

    Hoy, lejos de la anécdota, la artista transita entre la docencia en la Universidad de Humanismo Cristiano y Uniacc; en la dirección de una residencia en el Teatro de La Memoria y con su compañía La mala Clase enfocada a construir obras teatrales para jóvenes y comunidades escolares, con el objetivo de generar debate y análisis crítico en adolescentes a través del rito teatral.

    “El Nudo”, es la última obra que creó con su compañía, conformada por el dramaturgo Bosco Cayo; Paulina Giglio, Cecilia Herrera, Jaime Leiva y Mónica Ríos. En ella tratan sobre distintas perspectivas que tienen que ver con el feminismo, el patriarcado, el abuso y los cambios sociales en un liceo del sur de Chile.

    Esta obra está programada para presentarse en el Teatro Municipal de Viña del Mar, invitada por la Sala de Arte Escénico de la Universidad de Playa Ancha, el próximo 29 de octubre como parte del proyecto  “Proyecto ADAIN 2393: Contribución al bienestar emocional de niños, niñas y adolescentes a través del Arte, la Cultura y el Patrimonio” ejecutado entre la Dirección de Vinculación con el Medio y la Facultad de Arte de la UPLA. Sobre esta obra y su interés por llevar teatro a los jóvenes hablamos con la directora teatral.

    ¿Cómo surge la obra El Nudo?Nuestra obra anterior fue “El Dylan” y debido a lo que provocó en los jóvenes que la vieron pensamos en cómo podíamos profundizar en esa temática referida al género que estaba siendo de mucho interés en la juventud en pleno movimiento feminista que explotó en 2018. Invitamos a Isidora Stevenson, era la primera vez que trabajamos con una dramaturga mujer , a escribir junto a Bosco Cayo, a partir de nuestra metodología como compañía que es debatir y complejizar las temáticas, sobre todo porque no son tan simples para los que somos más viejos; para los jóvenes son sus temas y por lo tanto más fáciles de tratar, sobre todo el tema de género; pero los más grandes tenemos más preguntas sobre los feminismos, el adulto centrismo; por eso nos pusimos a indagar en Latinoamérica, sobre lo que se decía acá respecto a eso y también llegamos a la mirada de los pueblos originarios. Por lo tanto fue un viaje tremendo y luego en medio de los ensayos ocurre el estallido social de 2019, por lo tanto creo que esta obra está atravesada por el fuego y cierta efervescencia juvenil porque da cuenta de esa época.

    ¿Y qué es esta obra para ustedes?

    A nosotros nos gusta hacerla porque nos recuerda en qué estábamos en esa época, no han pasado tantos años pero está todo tan distinto que pareciera que fue un sueño. En el fondo lo que nos impulsó fueron nuestros trabajos anteriores, la vinculación con nuestros públicos y la necesidad de seguir profundizando en el tema de género.

    ¿Por qué decidieron como compañía realizar un teatro donde los adolescentes son el público objetivo?

    Creo que al principio nos motivaron un montón de cosas. Como creer que el teatro tiene un sentido y que puede servir para que seamos mejores personas o contribuir a una mejor sociedad y además que nos dábamos cuenta que las plataformas de teatro escolar gozaban de mala reputación, porque se decía que el teatro escolar era el hermano menor del teatro y por lo tanto me daban ganas de reivindicar ese espacio. El que sea para jóvenes no significa que no tenga una factura absolutamente profesional y trabajado como si fuese una obra para todo espectador; de hecho eso ha permitido que nuestras obras salgan del circuito escolar y se instalen en circuitos regionales o nocturnos, por eso no me gusta tanto hablar de educación si no como que el teatro es movilizador, el teatro conmueve, propone ideas, te hace pensar.

    ¿Cómo ocurre eso con la obra El Nudo?

    Pensamos en un teatro para las comunidades escolares y la educación es de ida y de vuelta porque con respecto a los temas que propone. Creo que esta obra de teatro viene a soplar esos nudos que pueden ayudar y colaborar en el trabajo de las comunidades con respecto a estas temáticas, porque son sumamente importantes los temas como la transfobia, el suicidio adolescente, y la violencia escolar son temas sumamente importantes y son temas de país, no sólo del colegio. Debería importarnos a todos que el suicidio esté en los planes de una persona y de los jóvenes.

    ¿Por qué el sur como escenario en la comuna de la Unión?

    Tal vez en el centro de Chile algunos temas están más resueltos, no sé si en el extremo sur y en el extremo norte, o en los liceos públicos estos son temas de debate, además la dramaturgia de Bosco Cayo siempre se sitúa desde las regiones, hay algo ahí que hace que miremos desde un lugar que no sea el centro. Y siento que la obra El Nudo también quiere hablar sobre que todos queremos construir un mejor país, donde todos entendemos y apoyamos el feminismo, pero creo que primero hay que resolver el sistema educativo, imagínate que aún estamos con la pelea de la Ley ESI ( Educación sexual integral)

    ¿En el recorrido que han hecho por distintos colegios con El Nudo, cuál es la lectura que haces de ese tema tan trascendental para tratar con jóvenes los temas de la obra?

    Es increíble, de hecho en un foro de un colegio en Santiago una estudiante levantó la mano y dijo ‘si existiera una Ley ESI , el conflicto de esta obra no existir, sino que debe existir una mejores, no es que los profesores no quieran colaborarán del circuito escolar y se instalen en los tía’,

    Fue muy bueno, porque finalmente se despejó la lana y la alumna pudo ver que si existiese una ley que proteja las infancias y un montón de factores, porque también está el silencio, los secreto sobre temáticas vedadas y eso solo contribuye a esos secretos horrendos sobre el abuso; y la obra toca con una mirada nueva que es la idea de cambiar el sistema educativo; no es que no queramos ser mejores, no es que los profesores y las escuelas no quieran colaborar, sino que debe existir una transformación.

     

    ¿Cómo ha sido el recibimiento de la obra en las distintas comunas en las que se ha presentado?

    Todos los debates con los jóvenes después de la función son interesantes porque ellos levantan la mano y dicen lo que piensan. Ha sido bueno, y a veces polémico, se ha llegado a la discusión en torno a si los profesores deben o no ser amigos de los estudiantes, quiso, varias veces con nuestras obras en el teatro de la UPLAo en Valpara é es ser menor de edad, qué es el adulto centrismo y qué significa el feminismo para las culturas musulmanas, es decir se han dado conversaciones súper profundas. Los estudiantes de enseñanza media son un público hermoso, y cada vez más estimulados con cosas veloces y que una obra de teatro igual logre acaparar su atención diversa y distinta; y que hagan preguntas sobre temas teatrales, es muy bonito, independiente de la temática de la obra solo quieren hablar de teatro, porque no es sólo la historia lo que les interesa, les llama la atención el arte como elemento.

     

    ¿Cual es tu relación con Valparaíso?

    Yo quiero mucho a la gente de Valparaíso, trabajé muchos años en una gran escuela de teatro , La Matriz. Ahí conocí una generación entera de jóvenes que hoy son grandes y es la gente que hace teatro, por eso para mí siempre es emocionante ver a la gente de Teatro La Peste que fueron mis alumnos; ver el trabajo de la Cocina Pública que también hay alumnos míos; además es súper loco pensar que somos tan distintos estando tan cerca, el macro y micro mundo del teatro y de lo porteño. Tenemos mucha ilusión de estar en Viña del Mar, en ese teatro nuevo ya que hemos estado en Valparaíso varias veces con nuestras obras en el teatro de la UPLA que son el único teatro con programación nacional que sigue resistiendo.