La puesta en escena rescata textos del dramaturgo norteamericano Sam Shepard, creando una dramaturgia a partir de fragmentos de sus obras Crónicas de Motel, El Gran Sueño del Paraíso, Cruzando el Paraíso, Luna Halcón, entre otras. El trabajo es una investigación/escenificación en la que los monólogos y relatos se hibridan con la música rock y la memoria. Entre los recuerdos y la cultura del oeste norteamericano, la obra se mueve por un paisaje en donde la palabra tiene status de acción principal porque va conectando diversos ambientes y espacios oníricos que el dramaturgo nos propone.
La obra transcurre entonces, en un entorno fragmentado de personajes, voces, canciones rockeras y testimonios que ficcionan la cultura pop de los años 60 y 70. Humor, ironía, amor y política son las estructuras temáticas que enmarcan las historias del cine hollywoodense, la comedia, el teatro y música norteamericana. Siete personajes/cuerpos que recuerdan y encarnan un juego teatral que nos conectan con la identidad americana vista desde nuestros países, en un ejercicio visual dinámico que recuerda las pinturas de E. Hopper en cuyo centro está también la lúdica sensación de la luz y sombra de la cultura norteamericana.