Estado Crónico de la compañía Teatro Desastre se presentará el 29 al 30 de julio a las 19 horas en Sala UPLA.

 Esta compañía emergente y porteña reflexiona en torno a la crisis institucional del Servicio de Salud Pública y las eternas listas de espera que enfrentan la mayoría de los chilenos que necesitan atención médica.

En clave humor negro, y a ratos absurdo, esta compañía explica la acción transcurre en la sala de espera de un hospital donde distintos personajes se encuentran en un turno médico en  condiciones precarias.

“Más que hablar de la salud pública, es la salud en Chile en general. De alguna u otra manera esto nos toca a todos. (…) Se supone que los centros de salud deberían cultivar la salud, pero lo que hacen es encerrar a la enfermedad en espacios hacinados”, explica la compañía Desastre Teatro.

Según aclara la compañía esta obra, dirigida por la actriz Gloria Barrera, no busca generar esperanza, de hecho genera la sensación de desesperanza al mostrar una realidad exagerada pero identificadora, que evoca el desaliento como punto de reflexión en torno a la relación entre sociedad y su sanidad.

“La salud está vista de tal forma que tomas una pastilla y el síntoma desaparece, pero no la enfermedad, por lo que luego padeces dolor en otras zona y así, como un círculo vicioso. Así también observamos esta supuesta democracia, que fue una pastilla para «aliviar» el dolor, pero en el fondo la enfermedad nunca sanó”.

Respecto del actual momento socio político y los cambios que la ciudadanía demanda, esta compañía cree que la clave está en la confianza en uno mismo y en el colectivo. “Algo está ocurriendo y alguien tendría que estar sordo y ciego para no darse cuenta que ya estamos cambiando”.

Para la compañía compuesta por Gloria Barrera , Valeska Morales, Carla Sotomayor, Savka Plancic, Diego Cortez López y Alfonso López Donoso, “parte de un sistema que nos violenta y nos hace violentos; en las calles, en las casas, en nuestras horas de descanso, en las largas filas, en las horas de espera, hasta con nuestros seres más queridos. (…) Somos cómplices de miles de abusos-muertes-asesinatos-suicidios simplemente por guardar silencio. Nos mantenemos con vida en un estado de alerta constante, en un estado crónico”.

El valor de las entradas fluctúa entre $3.500 y $2.000